martes, 21 de julio de 2009

Amigas, hermanas del alma, compañeras de ilusión




A ustedes, simplemente GRACIAS.


Incondicionales, siempre ahí para todo. Recuerdos, millones, de los buenos y de los malos.
Peleas, miles, pero ninguna sin su "reconciliación". Tenemos formas de pensar muy distintas, pero somos muy parecidas en otras cosas. Y me encanta compartir desde un mate, hasta una casa en la costa, compartir las abuelas, las familias, una comida, un boliche. Juntarnos a ver como hacemos para irnos de vacaciones, y qe tenemos qe llevar, y qe Mari lleve mucha ropa porqé es la qe nos provee a todas, y pensar en los vecinos, y fumarnos un pucho, y juntarnos en el Parqe Rivadavia para un mate, o en Plaza Italia para el preferencial a Del Viso, y miles de cosas más.
Y como me dijo Mari, más alla de las diferencias o distancias qe puedan haber, o qe hay, y qe por distintos motivos, últimamente son el pie para alguna pelea idiota, las qiero siempre conmigo. Demás está decir qe las amo con todo mi cuore.
Como ángeles, hermanas.


Además ustedes son el Sol. Despacio también pueden ser la Luna


"Cuando las risas no lleguen claras, sobre
mis hombros las llevaré



Y cuando vean caer mi espalda, sé qe puedo
confiar en sus pies"








1 comentario:

- Paulita dijo...

Es una flor del corazón que no pide nada a cambio..
Solo al saber que tu estás se acordará de estrecharte una mano.
Mientras se pone viejo el reloj, voy peleando las ganas de volver a verte.
Sé lo que sientes aunque estés ausente.

Y al escuchar su voz, un abrazo de perdón,
es una carta mojada, por una amiga emocionada,
les comparti lo mejor...hasta mitad de un alfajor..(jorjito)
Y no tengo palabras para explicar esas lagrimas que se unen a la tuya
o una sonrisa que te alienta...
Y en una noche aburrida, ah, ver una pelicula.
Que es mejor que dos buenas amigas..llenando el cuarto de migas?

Cuando estoy mal me hacen bailar,
cuando estoy peor, vienen corriendo
y lloran conmigo en mi rincón

Y creen más en mi que yo, saben cocinar y adivinar
por que hoy me puse aquel pantalón...
y por quién pierdo la razón